viernes, 22 de febrero de 2013

Capítulo 3. En busca de la espada maldita

El tercer paso de su nueva aventura era encontrar una espada de la que Merlina le había hablado, la cual se encontraba en lo alto de la Cumbre de Erathan, una alta montaña que presidía las grandes praderas y bosques de Camelot.

Sonic se armó con una pequeña mochila con algunos víveres y echó a correr, no sabía porque, pero no se encontraba a gusto en ese lugar... solo tenía ganas de ayudar a Merlina y  volver a casa, a su época, con sus amigos... aunque ahora le pesaba no haber ido junto a ellos nada más regresar... El haber visto a Alfred, el herrero, le hacía echar de menos a Tails. Suspiró con pesadez...

- Espero no encontrarme a ningún doble más por aquí...

A pesar de ser el ser más veloz de la tierra, tardó casi dos días  en llegar hasta el lugar indicado por Merlina, pues la montaña era bastante escarpada y recordemos que en esta época no había útiles de escalada, por lo que el erizo tuvo que subir trepando como pudo por la ladera con el riesgo de que si caía...seguramente se mataría... Tras una ardúa escalada, consiguió llegar a la ansiada cima.

Se esperaba que alli hubiese un templo, un pequeño poblado o algo por el estilo, pero estaba todo vacío, salvo por un montón de pedruscos. Uno de ellos, el más grande, llamó su atención. Se acercó hacia allí sin bajar la guardia, pues por lo visto no podía fiarse de nada ni nadie en aquel mundo.

En aquella enorme piedra estaba clavada lo que parecía ser una espada

- ¿Será esta la famosa espada? - habló en voz alta

Sin esperar una respuesta que, obviamente, nadie le iba a dar, asió la empuñadura y tiró con fuerza. Al principio parecía resistirse, pero finalmente cedió y salió con tanta facilidad que el erizo azul cayó al suelo de espaldas

- Ehh!! tú!! Ten más cuidado! - oyó gritar

Sonic se levantó de inmediato y miró a su alrededor, sin soltar la espada, pero no había nadie.

- Estoy aquí, insensato, en tu mano!

Sonic miró la espada que acababa de liberar de su carcel pétrea, en la empuñadura se habían dibujado unos ojos almendrados, una pequeña nariz y una boca, la cual gritaba más que hablaba

- ¿Es la primera vez que ves una espada parlante o que? - se burló
- Pues... la verdad es que sí - reconoció aún atónito
- Estoy apañado..... Me ha desenvainado un mentecato! - protestó
- Oye!! No seas maleducado! Deberías darme las gracias por liberarte de la piedra! Te estabas oxidando en ella! - rechistó Sonic
- Está bien.... - se dió por vencido - ¿Cual es el nombre de mi liberador?
- Soy Sonic, Sonic the hedgehog
- Está  bien, Sonic, gracias - dijo aún concierta ironía - Yo soy Caliburn, más conocido en estas tierras como la espada maldita
- ¿Por qué estás maldito?
- Fui forjado en la misma época que mi conocido hermano Excalibur, el famoso Excalibur... blah blah blah - hizo un gesto de desdén - Él se llevó la fama en manos de Arturo y yo fue castigado junto a aquel que osó oponerse a Arturo... Él fue derrotado y castigado a muerte y yo encerrado en esta desdichada roca, en el medio de la  nada - suspiró con pesadez
- ¿Y por qué se supone que estás maldito?
- No lo estoy, solo me llaman así por la mala suerte que tuve al caer en manos de un mal portador, si a mi me hubiese portado Arturo otro gallo cantaría!

Sonic seeguía un tanto sorprendido de tener una espada que hablaba, pero trató de actuar con naturalidad.

- Y bien... Sonic.. ¿Qué te ha hecho venir a buscarme? - preguntó Caliburn por fin
- Verás... Parece ser que algo ha corrompido a Arturo y Excalibur y el se han vuelto malvados, creando la maldad y el terror en Camelot.
- Claaaaroo.... y tengo que arreglarlo yo, ¿no?
- No te quejes tanto! A mi me invocaron desde mi mundo y mi epoca!

Caliburn le miró fijamente cuando dijo esto último, fijándose de nuevo en su portador. Era un erizo azul que vestía un extraño calzado rojo y blanco y unas gafas de sol.

- Desde luego, see nota que no perteneces a este tiempo.... ¿Piensas ser un caballero digno de afrontar a Arturo sin ni siquiera llevar una armadura? ¿Sabes acaso manejar una espada?
- Si, he aprendido en estos días
- Eres un insensato... el arte de la espada es algo que lleva años! Los caballeros de la tabla redonda han aprendido desde niños, ¿acaso crees que serás capaz de enfrentarte a ellos y a sus poderosas espadas?
- Por lo menos no me quedaré sin intentarlo - dijo firme
- Jummmm.... - protestó Caliburn - Menudo destino nos aguarda...



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