Chapter 5. Atracción

Las órdenes de Yamamoto Genryusai no distaban mucho de las anteriores: vigilar y proteger el pueblo de Karakura.

El capitán del décimo escuadrón y sus acompañantes volvían pocas semanas después para continuar su misión. Poco había cambiado hasta entonces, pero Urahara Kisuke decidió prevenirles, pues su instinto le decía que Aizen movería ficha pronto.

Aquella misma noche, varios hollow aparecieron por la ciudad. Toushiro seguía la pista de uno, pero cuando llegó al lugar indicado, el punto rojo en el móvil desapareció... A lo lejos vio una silueta femenina

- "Es ella" - pensó

Se acercó, observándola... Las otras veces no se había parado a fijarse en ella... A pesar de ser bajita, tenía una figura atractiva y ágil, pese a que su ropa siempre era negra. Tenía las piernas largas y llevaba altos tacones y a pesar de parecer frágil, pegaba fuerte. Su pelo era largo y rubio, ligeramente recogido, y sus ojos verdes resaltaban en la oscuridad. Ella se dio cuenta de la presencia de él y se acercó.

- Buenas noches, Capitán Hitsugaya. - saludó - Llegas tarde.

- Llámame Toushiro - dijo sin pensar

- Tu puedes llamarme Elle, es más corto - dijo soltándose el pelo

Ella también pudo fijarse mejor en él... Era un poco más alto que ella, delgado pero se le veía ágil y fuerte. Tenía una espalda ancha y unos brazos fuertes. Le sorprendió el color plateado de su pelo y aquellos enormes ojos color turquesa.

- No deberías arriesgarte tanto.. para eso estamos nosotros - dijo serio

- Se lo debo a mi madre y mi hermano y seguiré haciendolo. No se de donde saqué este poder, pero si lo tengo es por algo.

- ¿ En qué consiste tu poder?

- Es energía.... la canalizo en mis manos, la uno a un elemento y ya... ¿Y la tuya? ¿De donde sacas el hielo?

- Los shinigami tenemos nuestras espadas, llamadas Zampakutos. Cada uno tiene la suya y todas son distintas. Cada zampakuto tiene un nombre y un poder. La mía es Hyorinmaru, la espada de agua-hielo más poderosa

- Eres un chico muy interesante - dijo mirándole - Que pena que seas tan aburrido

Aquello último rompió totalmente sus esquemas...

- ¿Aburrido? Te estoy dando información que no debería ¿ y me llamas aburrido? - dijo ofendido

- Si. - dijo aguantándose la risa. - Eres un viejo en cuerpo de joven, deberías relajarte y de vez en cuando quizá hasta divertirte.

- ¿Crees que no me divierto? - dijo algo malhumorado

- De hecho hasta podría asegurar que soy lo más interesante que te ha pasado últimamente...

- Está bien, últimamente no mke he divertido mucho... ¿y qué?

- Ven conmigo mañana a la noche... - ofreció

- De acuerdo.

Aceptó casi sin pensar... Quedaron para el día siguiente en el mismo lugar....

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Él la esperaba puntual, aunque eran las once y doce minutos cuando llegó ella. Pudo fijarse en que llevaba un falda corta con volantitos que se movían  al paso rápido de ella.

- Lo siento - dijo recuperando el aliento. - Me entretuve dándole la cena a Ibi

- ¿Ibi? - preguntó algo contrariado

- Ibi... Ibiza, mi ratita. Ella es lo único que tengo.

No dijo nada sobre eso... pues ella parecía sentirse casi tan sola como él. Se limitó a caminar en silencio junto a ella. Cogieron algo para comer y se sentaron junto al río...

- Cuentame algo sobre ti... ¿Cuantos años tienes? - preguntó

- ¿Reales o los aparentes en este mundo?

- Ambos - sonrió

- Tengo 104 años... 19 años en vida humana - se fijó en la cara de sorpresa de ella

Estuvieron un rato hablando y ella se levantó, para dirigirse a otro lugar. Fueron a lo que parecía una gran discoteca. Nada más entrar, le abrumó el interior. Ella cogió su mano al sentir su incomodidez. Pidieron algo de beber y, tras un rato, Toushiro se fue soltando. Bailaron toda la noche, ciertamente él nunca se había divertido tanto como con aquella chica. Cuando salieron del local, se ofreció a acompañarla a casa. Una vez en el portal...

- ¿Y bien? ¿Qué tal lo has pasado? - preguntó ella

- He de reconocer que bien, muy bien - sonrió levemente

- Pues si te apetece volver a quedar o algo... puedes llamarme o.. algo... - ofreció nerviosa

Antes de darle tiempo a responder, Chantarelle se acercó  y le dio un suave beso en los labios. Toushiro no supo muy bien como reaccionar...

- He... he de irme. Buenas noches.

De vuelta a casa de Orihime, trató de no hacer ruido y se acostó. No podía sacarsela de la cabeza, ni tampoco aquel beso...