Chapter 15. Sed de amor

Había desaparecido de la faz de la tierra... la llamó mil veces pero no contestó durante varios días.. hasta formar semanas….. y estas formaron  meses…. Rouge tampoco sabía nada de ella y empezó a preocuparse, aquello no era normal en Amy. Cuando cerró la peluquería fue directa a casa de su amiga. La encontró tirada en el sofá, con la piel casi blanca y sus ojos apagados... Amy quiso levantarse pero no tenía fuerzas... Rouge corrió preocupada hasta ella...

- ¿Se puede saber que demonios te pasa? - preguntó nerviosa la murciélago


La acompañó hasta la puerta de aquel edificio, en sumo silencio, ambos pensando todavía en aquel beso... Amy se negaba a si misma que le había gustado y Sonic se maldecía por dentro por haber seguido sus instintos.... Su despedida fue rápida... "Hasta mañana".
- Nada... - susurró
- Amy, llevas días sin beber... Mírate... pareces un zombie más que un vampiro..
- Me siento tan sola.... Shadow lleva casi dos meses fuera y yo.... echo de menos cosas...
- ¿Y que hay de Sonic? Ese chico está loquito por ti...

- El otro día me hicieron daño sus palabras....además...
- Además nada... Está arrepentido... - hizo una pausa - Amy, quizás no sea mala idea que estuvieses más con él.... intentalo, creo que te vendrá bien despejarte un poco
- ¿Tu crees? - dijo un poco más animada
- Si, no seas tonta... Te hace falta cariño y él quiere dartelo... Tienes una vida eterna, empieza a aprovecharla - dijo abrazandola - Y ahora bebe algo, por favor


Rouge le trajo un par de bolsitas de sangre y ella se las tomó con calma... en cuestión de minutos recuperó su fuerza y su tono rosado, después llamó a Sonic y quedaron en el Chao Garden... El primer momento fue incómodo, se saludaron y comenzaron a caminar en silencio... fue él quien rompió aquel hielo...
- Siento lo que te dije el otro día, no quería lastimarte - se disculpó

- Estoy sola Sonic, Shadow no está y lo único que me queda es Rouge... Echo de menos muchas cosas de mi pasado que ya no están... y es... doloroso...
- ¿Shadow? – preguntó él
- Si….. el es… bueno….
- Ah… entiendo….. – hizo una pausa - ¿Qué clase de persona es para dejarte aquí sola? – dijo furioso

- Tiene sus motivos… - respondió seria
- Amy, se que esto es una locura, pero me gustaría que confiases en mi, quiero ayudarte a estar bien..
- ¿Por qué?
- Pensarás que estoy loco, pero creo que me estoy enamorando de ti
- Sonic.... - dijo confusa
- Shhhh, no digas nada.... - susurró


El erizo acarició la mejilla de ella, para después atraerla hacia él y besarla... fue un beso corto pero intenso... Cuando se separaron él esperó una mala reacción por su parte, pero ella se quedó muy quieta, repasando lo que acababa de suceder... Sonic quiso que la tierra se abriese en aquel momento y se lo tragase pero, en lugar de eso, algo les atacó... Era un vampiro vestido de jugador de hockey, muy musculoso y protegido con aquel uniforme. Sonic trató de proteger a Amy, pero el tipo le dejó inconsciente de un placaje y se fue directo a por ella...
- ¿Donde crees que vas? - preguntó Amy con seriedad

- A devorarte, preciosa - dijo el vampiro
- ¿Tú? ¿A mi? - dijo irónica - Llegas varios siglos tarde... ¿no crees?

- No trates de engañarme, estoy deseando probar tu piel jugosita
- Por lo visto eres mucho más estúpido de lo que crees si no sabes quien soy

Amy dejó ver su otra cara... al igual que sus afilados colmillos de vampiresa... El vampiro retrocedió un poco, sorprendido, pero ella no le dejó escapar... Odiaba el comportamiento muchos vampiros, prepotentes y sin respeto por la comida ajena.. Ella era de una buena y antigua raza de vampiros, sin embargo aquel era un neo-vampiro, mucho más estúpidos e indiscretos que los demás... también más enclenques, por lo que no fue difícil hacer que se conviertiese en polvo. Amy se tiró en el suelo, junto al erizo azul y escondió las pocas joyas que llevaba, para simular un robo...

Sonic recuperó la consciencia y vio a aquella eriza rosa a su lado en el suelo. Se levantó y rápidamente comprobó si ella estaba bien, pues parecía asustada... La ayudó a levantarse y la abrazó...
- ¿Estás bien? - preguntó él
- Si... me ha robado y se ha ido corriendo, pero no me ha hecho nada - dijo ella más tranquila - ¿Me acompañas a casa?
- Si, claro